Los gigantes de la Selva en Pau y na Rosa no están construidos para ser
transportados en las procesiones, pero montados sobre ruedas. Fueron
hechos por Andrew Pinder en 2002 y los vistió por una señora de Inca.
El padre del alcalde hizo los zapatos. Cada uno de ellos medida 4,10 metros.
El lleva una pipa y los dos llevan bolsas para recoger hierbas silvestres en
las montañas y los campos alrededor de la ciudad. Las hierbas tales como romero
y tomillo, y el mirto en particular.
En el día de las fiestas locales, un alambique de cobre se levanta en la plaza
principal y el mirto entra la plaza acompañado de los xeremiers
Rosa lleva un libro en las manos. La página que se puede leer relata que
ella era la hija de un rico avaro que guardaba su dinero con cien candados.
Cuando se acercó a un mendigo, le espantó.
Es de esperar que Rosa asegurarse de que existe un final feliz pero la triste
expresión de su rostro puede insinuar un resultado diferente.